Jaén, ciudad fronteriza



Torre de La Vela

Conforme los ejércitos cristianos avanzaban sobre el Guadalquivir, Jaén sufrió varios asedios, pero sin ser tomada. Finalmente, en 1234 el rey nazarí de Granada Al-Ahmar, se declaró vasallo de Fernando III (El Santo) rey de Castilla, le entregó la ciudad y se comprometió a pagar un tributo. Por su calidad de ciudad fronteriza, es una plaza fuerte que los cristianos saben aprovechar en sus incursiones en tierras moras. Se convirtió así la ciudad en una plaza fronteriza de primer orden. El rey castellano trasladó hasta Jaén la sede del obispado, hasta entonces en Baeza, y la ciudad incrementó su pujanza como avanzada en "tierra de moros". 

En 1466 Enrique IV le concedió la leyenda que orla su escudo "Muy noble, famosa y leal ciudad de Jaén, guarda y defendimiento de los reinos de Castilla". Después de la caída del reino de Granada, con el final de la Reconquista, la ciudad deja de tener la importancia fronteriza que la caracterizaba. La etapa medieval se caracteriza en la ciudad por las continuas luchas. Y no sólo contra el Reino de Granada. Fueron constantes las pugnas de la nobleza, especialmente en el reinado de Enrique IV, al residir en ella el Condestable de Castilla, Miguel Lucas de Iranzo, uno de los más firmes partidarios del rey.

Comentarios

  1. Cuando he visto fortalezas erguidas en las alturas con mirillas de cañones de hierro en perfecta formación, me invade una extraña y ajena nostalgia muy intensa por lo demás.

    Un abrazo para Jaén.

    Héctor.

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