Historia de la Catedral



Vista de la Catedral de Jaén

Desde la conquista, la vieja mezquita venía haciendo en Jaén las veces de catedral, pero el obispo don Nicolás de Biedma (1368-1383), sin duda considerando lo insuficiente y malparado que se hallaba el edificio (tal vez incendiado por los moros granadinos), acordó demolerlo con objeto de construir otro más capaz y conveniente. Se supone que la obra de nueva fábrica de la catedral de Jaén se emprendió después de la fiera invasión de 1368. Se debió de avanzar poco en la obra tras la muerte de Biedma en 1383, aunque se continuó después de ella. 

Años más tarde, don Luís Osorio (1482-1496), terminada la reforma de la fábrica espiritual de su iglesia, trató de la ornamental; y así dio principio a la obra nueva de ella, que se va prosiguiendo. Esta obra nueva se refería al crucero y capilla mayor, que amenazaban ruina. Tampoco pudo este prelado hacer mucho, luego que fue llamado a la corte y de allí a Flandes con doña Juana (la Loca). Estaba todo reservado a don Alonso Suárez de la Fuente del Sauce, a quien se debe el llamado Puente del Obispo, sobre el río Guadalquivir, entre Jaén y Baeza, prelado de grandes arrestos constructivos, trasladado a Jaén, desde Lugo, en 1500.

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