El Reloj de la Diputación Provincial

Reloj sobre torre metálica

La construcción del nuevo Palacio Provincial en el espacio que anteriormente había ocupado el Convento de San Francisco a finales del siglo XIX constituyó la principal obra arquitectónica del momento en la ciudad. Aunque en un principio no se pensó en colocar ningún reloj en su fachada, en 1915 se decidió coronar su portada con uno ubicado sobre una torreta metálica, según el gusto de la época que introducía el hierro en las edificaciones. Poseía esfera. Marcaría las horas con repetición a los dos minutos, y las medias, y su campana, los cuartos. Funcionaba -y funciona todavía hoy- a cuerda. 

En 1964, el presidente de la Diputación, Antonio Vázquez de la Torre, promovió una serie de reformas para mejorar su estado, por lo que se adquirió una nueva esfera de cristal que se iluminaba y se arreglaron los cables de las pesas. Pronto se convirtió en un verdadero símbolo del nuevo Jaén. Su torre metálica, tan en sintonía con las construcciones de la nueva era industrial, lo presentaban como signo del progreso ciudadano. De hecho, tal fue su significación, que en los años ochenta, la propia Diputación eligió un dibujo suyo como logotipo y que aún hoy es utilizado. 

Por otra parte, fue protagonista de dos de los mayores episodios que afectaron a la población a lo largo del siglo pasado: el bombardeo de la ciudad en 1937 y el terremoto de 1951. En ambas ocasiones el mecanismo se vio afectado por ellos y el reloj dejó de funcionar, quedando en su esfera marcada la hora exacta en la que tuvieron lugar ambos sucesos que pudieron paralizar también trágicamente el pulso de la vida ciudadana.

CUATRO RELOJES. CUATRO TIEMPOS.
Mª Amparo López Arandia

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