NAVIDAD PARA TOD@S LOS JIENNENSES
Nieve en Jaén (marzo de 2010)
La celebración del 25 de
diciembre se debe a la antigua festividad del nacimiento anual del dios Sol, en
el solsticio de invierno, adaptado por la Iglesia Católica en el tercer siglo
DC. Para algunos historiadores debería situarse en primavera, abril o mayo, y
para otros siguiendo el relato del Evangelio de Lucas 2:8, que afirma que
había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de
la noche sobre su rebaño, lo que indica que no pudo haber sido en el
invierno del hemisferio norte.
De hecho, la fecha no tiene nada que ver porque
la Navidad es una fiesta que todos celebramos, con la diferencia de que en este
caso el cumpleañero no está invitado, porque nada tiene que hacer en una fiesta
donde lo que abunda son las bebidas embriagantes, el jolgorio y las comilonas,
y tener en casa a un huésped tan distinguido como Jesús sería sumamente
engorroso. El suceso histórico y profético ocurrió hace más de 2 mil años,
lejos de aquí.
Tan lejos como está el corazón de los hombres de Dios, que
dominados por la sed de poder se olvidaron que la riqueza más valiosa del ser
humano está dominada por el amor y no por los odios infecundos que
destruyen la familia, la sociedad y la nación. La Navidad es la mejor época
para compartir y reflexionar, para rectificar los errores cometidos y unir a la
familia; ser mejores padres, mejores hijos y mejores ciudadanos con
principios éticos, morales y espirituales.
Autor: Luis Alonso Gómez
Oyuela
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